Aclimatación a la altura

La aclimatación o adaptación a la altura es el proceso por el cual el cuerpo humano se adapta a vivir a alturas superiores a las que está acostumbrado. Para ello, el cuerpo humano activa diversos mecanismos, siendo el principal la creación de más glóbulos rojos y el aumento de su concentración en sangre (el famoso hematocrito), lo cual ayuda a mejorar la capacidad de transporte del oxígeno.

Entre los principales síntomas de una falta de adaptación a la altura se encuentran el incremento de la frecuencia respiratoria en reposo, la disminución de la cantidad diaria de orina, el aumento de peso y la taquicardia, también en reposo.

La adaptación debe ser suave y progresiva, de lo contrario, se corre el riesgo que aparezcan complicaciones cardio-respiratorias y los temidos edemas pulmonar y cerebral. Algunas buenas prácticas para lograrlo son la ascensión progresiva, una buena planificación de las jornadas de descanso (con medidas como la de dormir dos noches consecutivas a la misma altura), y mantener una dieta rica en azúcares y féculas.

Las 10 reglas de oro para la ascensión de alta montaña (Thomas Lämmle) son:

  1. ¡No ascienda demasiado rápido!
  2. ¡Fíjese a qué altura están los lugares donde pasará la noche!
  3. ¡Controle su ritmo cardíaco y tómese su tiempo!
  4. ¡Observe sus compañeros de expedición!
  5. En caso de mal de montaña: ¡descienda de inmediato!
  6. ¡Preste atención a su salud!
  7. ¡Beba mucha!
  8. ¡No permanezca demasiado tiempo en alturas extremas!
  9. ¡Duerma bien!
  10. ¡Planifique su permanencia en la altura!

Fuente: Táctica en la altura, Trekking Chile.

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