Presión atmosférica y cantidad de oxígeno

La presión atmosférica se reduce con la altitud y se conoce con el nombre de ambiente hipobárico a una baja presión atmosférica. La menor presión atmosférica supone también una menor presión de oxígeno, lo cual limita la difusión pulmonar y el transporte de oxigeno a los tejidos, situación conocida como hipoxia.

El porcentaje de los gases en el aire (la composición o concentración) que respiramos permanece invariable desde el nivel del mar hasta las grandes alturas. En concreto, un 79,04% del aire está formado por nitrógeno (N), un 20,93% por oxígeno (O2) y un 0,03% por dióxido de carbono (CO2). Lo que varía es la cantidad absoluta.

Según el modelo atmosférico terrestre invariante International Standard Atmosphere (ISA) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la presión atmosférica disminuye de forma exponencial al aumentar la altura y su variación depende de la temperatura del aire.

En el siguiente gráfico se muestra el porcentaje de oxígeno respecto el nivel del mar para diferentes alturas según el modelo atmosférico ISA:

Gráfico que representa el porcentaje de oxígeno respecto el nivel del mar para diferentes alturas

A nivel del mar la presión es igual a 760 mmHg (milímetros de mercurio), lo que se conoce como 1 atmósfera. A 7.000 m es igual a 308 mmHg (un 41% respecto el nivel del mar) y a 8.000 m es igual a 267 mmHg (un 35%). Por tanto, a 7.134 m, la altura del Pico Lenin, la presión atmosférica se ha reducido a un 40% de su valor a nivel del mar.

Si el organismo no se adapta a la hipoxia, a partir de 2.500 m es probable que aparezca el mal de altura (o mal de montaña).

Los síntomas iniciales son similares a los de una resaca fuerte o una gripe. Al verse mermada la capacidad de reponer oxígeno en las células, el cuerpo va cortando las funciones no esenciales y se produce desorientación, disminución de las percepciones sensoriales, dolores de cabeza, de estomago, náuseas, falta de apetito, mareos, fatiga y trastornos del sueño pero sus consecuencias se complican con edema o acumulación de fluidos en los tejidos del pulmón y del cerebro, causando la muerte.

¿Cómo se puede adaptar el cuerpo humana a la falta de oxígeno? En el apartado sobre la aclimatación se explican algunos consejos.

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